El cuento joven en la Feria del Libro

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SERIE ESPECIAL
LOS ESCRITORES QUE PARTICIPAN TIENEN MENOS DE 35 AÑOS

Indhira Suero 

Sheilly Núñez no  imaginaba que ganar en un concurso de cuentos la llevaría a la prensa, a la televisión y a actividades culturales para hablar de su obra “Los elementos”. Su triunfo abriría las puertas a otros jóvenes que, como ella, deseaban una oportunidad para presentar sus relatos y hacer sentir su voz.

“Ganar no fue una actividad pasiva de recibir un premio y ahí concluyó, sino que luego de la entrega del premio participé con los editores en la revisión de los textos para publicación, viví la experiencia de ver el proceso de diagramación de mi propio libro, y a pesar de que hace varios años que gané el concurso, todavía soy tomada en consideración para actividades de la Feria del Libro”, afirma Núñez.

Cada año la Feria del Libro permite, que los escritores jóvenes puedan ganar un espacio dentro de la cuentistica nacional. Ahí su mundo es evaluado por un jurado que se encarga de contribuir en la eterna búsqueda de su propia identidad.


El evento
Aunque la Feria tuvo concursos literarios en diferentes épocas, en el 2005 decidió abrir un espacio a la juventud. Su director ejecutivo, Pedro Antonio Valdez, explica: “Primero lo creamos como internacional y se llamó: “Premio Internacional de Cuentos Joven Feria del Libro”; a partir del 2010 preferimos concentrarnos en los escritores dominicanos, ahora se llama “Premio de Cuentos Joven”.

Con la participación de escritores menores de 35 años, el evento tiene una estructura única entre los concursos dominicanos de cuentos, al contar  con un solo “gran premio” de 75,000 y siete menciones honoríficas que reciben pagos de 10,000 cada una.

“También tenemos interés en difundir el concurso no solo en los jóvenes que viven en el país, sino los que residen en el exterior”.

Con una temática abierta la extensión exigida no pasa de 15 páginas. “Es el único concurso dominicano que expresa cierto sentido común en el límite porque por lo regular piden hasta 25 páginas, y aunque no tiene nada de malo, no es fácil escribir un cuento que sobrepase las 20, es casi algo anormal”, aseguró Valdez.

Una crítica
A pesar de que la premiación cuenta con una buena dotación económica Ariadna Vázquez, ganadora en la edición 2010, se muestra desencantada: “Nunca había participado antes en un concurso de la Feria del Libro de Santo Domingo y al año pasado me animé a concursar. La verdad fue muy emocionante, pero lo terrible es que no pagan a tiempo. A mí, hasta la fecha de hoy, no me han pagado lo acordado. Ya si pagan o no, de todas formas, en lo personal, se me hace una broma, un relajo, una cosa muy triste”.

La autora afirma que le lastima que en el país todo sea así. “Aparte de que las oportunidades de desarrollarte y vivir del arte son una mera utopía, la actitud de las instituciones que se supone que apoyan el arte, son realmente decepcionantes en ese sentido. No es posible que publiquen convocatorias de concursos cuyos premios no están estipulados en el presupuesto o cuya entrega de los mismos dependa casi de la buena fe de los caminos de la vida, o de “a ver de dónde viene”.

En el patio
En el 2007, el concurso pasó por el proceso de internacionalización aunque luego de tres años volvió a “dominicanizarse”.

“Por ser una feria internacional quisimos abrir una convocatoria a ese nivel, ganaron escritores puertorriqueños, argentinos y peruanos; luego, teniendo en cuenta el empuje de los talleres literarios y el interés de muchos jóvenes en escribir por la internet, quisimos enfocarnos en ellos para respaldar la labor que hacen”, destacó Valdez.

 Para el autor de “Palomos”, la baja afluencia de dominicanos cuando el concurso era internacional es un recuerdo amargo.“Hubo ediciones en que la participación fue muy poca en cantidad, y eso es una pena si tenemos en cuenta que el evento está aquí y es fácil de enviar los materiales, porque un joven que encuentre un concurso para jóvenes debe aprovecharlo por existir más posibilidades de ser premiado y ver tu obra publicada”.

Momentos
De acuerdo a Valdez, uno de los momentos más difíciles ocurrió durante una premiación: “Se me acercaron un señor y una señora y me dijeron que su hija había participado, que no había ganado y querían que yo les devolviera lo que ella mandó pero las bases no contemplan eso, les expliqué eso que violaba las reglas y el me dijo que su hija había muerto y que el único vinculo literario que tenían con ella era ese material, entonces yo se lo busqué”.

La internet
A pesar de que una de las ventajas que tiene la generación de ahora es la facilidad de difusión de los textos a través de la internet, Valdez opina que donde aparece la fortaleza de algo vive también su mayor debilidad: “Puede ser una gran desventaja, porque no encuentras muy definida la figura del crítico, publicas algo en un blog y no tienes la seguridad que una persona versada o preparada te va a leer y te va a opinar”, aseguró.

Valdez afirma que los jóvenes deben utilizar a su favor la internet, “pensar en los escritores que admiran; si admiran a José Mármol, deben saber que él tiene una laptop y un blackberry,  pero él no vive publicando sus textos, primero los evalúa y, luego, los  da a conocer. La publicación compromete mucho porque lo publicado, publicado esta”.

Frank Báez, ganador en la edición 2006, con el libro “Págales tú a los Psicoanalistas”, no ve esto como un problema: “No creo que  lo verán un millón de personas, te lo verán cuatro amigos y dos primos, si no fuera por la internet no tuviéramos muchas posibilidades yo y un montón de gente que se ha descubierto por ahí, en especial los jóvenes. Facebook, Twitter y los blogs son herramientas que ayudan a prolongar la vida de un libro, además permiten ver a los extranjeros la literatura dominicana, y que ya no son solo los escritores que tienen dinero los que publicar sus textos”.

 Según Rey Andújar, ganador con “Amoricido”, la blogosfera es una manera de comunicación y bien utilizada puede servir como taller, aunque hay que tener cuidado. “Para escribir lo más importante es leer, y no estoy seguro de que lo que se publica en los blogs, en ocasiones por asuntos de inmediatez, no sea lo mejor”.

Divino tesoro
Sheilly Núñez visualiza a los jóvenes que escriben en el país como una “generación con muchas ideas frescas”. “Rompen los paradigmas de que no es posible hacer de la literatura una carrera, porque demuestran que el talento y la disciplina abren más puertas que las que los obstáculos puedan cerrar”, afirmó.

Báez considera en los concursos para jóvenes deberían poner el límite hasta los 30 años: “De forma de que no ganen los que tienen de 30 a 35, y ya luego se podrían hacer concursos de gente que con más experiencia para ponerlos a competir con escritores de afuera”.

Ariadna Vázquez asegura que “los jóvenes que escriben en Santo Domingo, tienen que atravesar una serie de campos minados para sobrevivir en esto. Es difícil cuando el apoyo es mínimo. Nietzsche dijo alguna vez que el apoyo al arte debía venir siempre desde otro ámbito que no fuera el Estado y yo creo en eso, y en Santo Domingo, por ejemplo, existen algunos concursos de fondos privados que cubren un poco mejor esa necesidad de apoyo a la literatura y al arte que existe. Pero no es suficiente para nada”.

Para Rey Andújar el apoyo debería extenderse a los lectores. «Un país analfabeto no puede leer la literatura que produce. Hace falta un plan agresivo de alfabetización en toda la nación”.

Texto original: http://www.listin.com.do/ventana/2011/2/18/178009/print