Alfaguara publica la novela de Joan Prats

UN ESTILO FRESCO Y CONTEMPORÁNEO DEFINE LA OBRA DEL JOVEN ESCRITOR

Indhira Suero

Joan Prats se asemeja al “Spiderman” que sale en los comics del guionista Stan Lee y del dibujante Steve Diko. Se vistió con el traje de la escritura para dejar atrás, por un momento, su formación como publicista-mercadologo. Y se transformó en periodista-escritor para lanzar al mercado su primera novela: “El dedo mayor de la realidad me saluda” que narra la historia de David Ferrer, un joven dominicano que atraviesa una crisis existencial mientras cursa su maestría en España.

 Para alguien que se inicia en el arte de la palabra escrita, la tarea no fue fácil, aunque Prats demuestra una clara vocación por la escritura, y tal como “Spiderman” dice que: “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. El autor se muestra como amante de los comics y el cine, características que definen en cierta manera su obra al aportarle fluidez y un lenguaje que se aleja de lo convencional.


 Su interés por no limitarse a una sola perspectiva, lo llevó a realizar estudios en publicidad, Maestría en mercadeo y marketing, un postgrado por internet en “London School of Journalism”, aunque su sed de aprendizaje no se detuvo allí: “He hecho de todo, desde asistente de control máster, vendedor de vino y asistente de escultor. Pienso que es importante aprender y hacer casi todo, aunque nunca sería ejecutivo de ventas en una agencia porque no va con mi personalidad, no soy vendedor ni orador, ni de esas personas que te dan una muela y tú puedes estar en un desierto y le compras arena”, expresó.

 A diferencia de “Spiderman”, Joan Prats no posee “superpoderes”. Antes de sacar al mercado su libro tuvo que recorrer un camino que lo conduciría el mundo de la escritura y de las editoriales. “Empecé a escribir más por instinto que por otra cosa. En la universidad escribía cuentos relajando a las materias o a algún compañero, y mis amigos me dijeron “metete a copywriter o a redactor creativo” y de ahí trabajé en agencias, me fui a Barcelona y cuando volví estaba más decidido. Colaboré en El Caribe, escribí artículos hasta que deje la publicidad y me metí más a periodismo”, asegura.

Aparece el dedo medio…
Los motivos para que un “publicista-mercadologo-periodista” se decida a escribir pueden ser varios, aunque para Prats uno de los elementos clave lo fue la lectura del libro “Prozac Nation”.

“Me llamó mucho un comentario que hizo la autora del libro, “a mí me están pagando por escribir un ensayo de 300 páginas sobre mi vida” y pensé ¿si ella puede por qué uno no?; tal vez sea un poco charlatán de mi parte porque escribir es difícil pero en ese entonces me dije que quisiera algún día escribir un libro. Cuando me fui a Barcelona, pensé que era una buena oportunidad para empezar a escribir, anoté mis ideas y me fui con la que tenía que ver más con lo que veía allá y así empecé con la shistoria”, afirmó.

Ya con la motivación para empezar, dos semanas y un cuaderno bastaron para escribir la primera versión de su novela: “La fui modificando y se la lleve a mi tía Monse, (Monserrat Prats). Ella me dijo que era una novela y me puso un norte, la seguí trabajando, se la enseñé a otras personas, recibí muchas reacciones positivas. Quería llevarla a una editorial y ver si se podía hacer. Aunque me rechazaran, el que me dijeran que no funciona, por esto o por lo otro, sería invaluable.  Me puse en contacto con Ruth Herrera en el Grupo Santillana y ahí empezó el verdadero trabajo, me dedicaron mucho tiempo y ahora estamos aquí”.

Al trabajar junto a los editores, Prats se concentró en aprender el proceso con un solo deseo: que saliera el libro y que los personajes David Ferrer, Origami, Laura y Natalia sirvieran para enseñar un poco sobre la vida.

La realidad de Prats cambió el 14 de enero de este año cuando acudió a la puesta en circulación de su libro. “Ese día era como la graduación del colegio, la universidad, el bautizo todo en un sólo día, era como uno de los Jonas Brothers porque me jalaban para un lado, para otro, tenía varios meses pensando tengo que hacer el discurso y lo hice dos semanas antes, al momento de decirlo mi familia estaba ahí y había mucha gente, seguidores de mi columna pero fue bien agradable, incluso, cuando iba a firmar los libros se me olvidaron los nombres de todo el mundo y es que estaba flotando y aterricé al otro día”, dijo.

Con un título que aproxima al lector a la realidad del protagonista, los medios digitales sirvieron como plataforma para que Joan Prats hiciera participar a sus futuros lectores. El perfil de Facebook de la novela ayudó a elegir la portada del libro, realizada por Claudia Rodríguez. “Hablé con Ruth Herrera para crear el perfil para que la gente tuviera la oportunidad de elegir la portada y ver las opciones, fue interesante ver cómo respondían. También tuvimos la oportunidad de informar dónde se iba a poner en circulación y donde se iba a vender”.