El montro

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Indhira Suero 
Cuando cumplió los 16 años al “Chulo” lo trajeron en una guagua de Elías Piña (Elías Pinnapple para los de la high class) y lo engancharon a guardia.

Desde que llegó unos capitanes, tan grandes como orangutanes, le pusieron en una mano una pistola y en la otra una macana al tiempo que le decían que con esas dos “vainas” podía hacer lo que se le viniera en gana.

Ahí fue, mis queridos negritos, donde nuestro protagonista se dio cuenta que con solo hacer “po, po, po, po”  podía ser el dueño del mundo, conseguirse las mujeres que quisiera, el pica pollo que se le antojara, los tenis de última marca que deseara lucir y un largo etcétera que resumo por razones de espacio.

De aquel muchacho flaco, lleno de parásitos, muerto de hambre y con los ojos “jalaos” queda poco, con su pistolita que hace “po, po, po, po” y su macana que hace “zua, zua, zua”, el “Chulo” es ahora el jefe oficial de ‘Gualey City’ y ay de aquel que se atreva a decirle que con sus “instrumentos de trabajo” parece un hombre de las cavernas porque, de acuerdo a sus palabras textuales, con los golpes “le dejará la cara hecha una guanábana”.

Ahora el “Chulito” como le decía su mamá, que ahora se muere de abandono en un campo de Elías Piña (Elías Pinnapple para los de la high class) se cree el grande, el montro, el ma’ mejor de la bolita del mundo, el que todo lo resuelve y al que nadie toca.

Y en lo que nuestro héroe le rompe las costillas a un vendedor de batatas en la Duarte con París que como no quiso darle el dinero de su venta del día la “macó” con él, ni siquiera se imagina que dentro de unos años unos “palomitos” pondrán fin a sus días de montro con una pistola que hará “po, po, po, po” y una macana que le hará “zua, zua, zua”.


Texto original: http://www.listin.com.do/ventana/2012/5/18/232945/Soy-el-montro-Obra-de-Serulle