Cruzar el charco

Diversas razones políticas, económicas y sociales han hecho que intelectuales dominicanos emigren al exterior. Con sus declaraciones, conoceremos sobre sus adversidades y esperanza de retorno.

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(MENCIÓN DE HONOR PREMIO PERIODISMO RAFAEL HERRERA 2014) 


Cada uno dejó su patria en busca de una mejor vida. La mayoría cambió las palmeras por rascacielos tan altos que ocultan al sol. Algunos, eligieron otras fronteras y realidades distintas, pero todos tienen en común sus raíces dominicanas. A pesar de esto, el melao, la alegría y la calidez los acompañan a donde vayan y ocupan el mayor espacio de sus maletas…

Rey
“Partí hacia el extranjero por motivos personales y familiares. Aunque publiqué mi primer libro en el Cibao, empecé a leer y a escribir con otro enfoque cuando viajé por primera vez a Nueva York con intenciones de quedarme. Allí escribí mi primer cuento, El factor carne”, recuerda el escritor Rey Andújar, quien posee una carrera literaria en Puerto Rico y Estados Unidos. “Gané una mención en el Concurso de Cuentos del Banco Central y gracias a eso trabé relaciones con personas que opinaron sobre mi escritura. Seguí participando en concursos y publicando donde podía. Empecé a participar activamente de un momento literario al tiempo que me alejaba físicamente de la geografía”, expresa.

 Andújar, forma parte del grupo de dominicanos que asegura que el entorno del escritor influye y determina su trabajo. “En mi caso, la distancia ha permitido unas libertades, algunas que he pagado caras. He recorrido ya varias ciudades, siempre motivado por la propia escritura; a la caza de un ritmo que me permita concentrarme en la literatura. Por años trabajé en la industria del servicio, como mesero y recepcionista. Esos trabajos me permitían cierto ocio, necesario para leer y escribir como yo quería. Al mismo tiempo conseguí un doctorado en literatura. En la actualidad doy clases de historia latinoamericana y español”, dice.  

Juan
Contrario a la opinión de algunos autores, quienes disciernen del concepto de una “diáspora” de escritores dominicanos en Estados Unidos, para el creador de la novela “Perros sueltos”, Juan Nicolás Tineo, este grupo existe, aunque rezagado con relación a los otros conjuntos que conforman la diáspora dominicana. 

Para el autor, representaría una pérdida de tiempo continuar en la negación de algo que se ha impuesto. “Entre los escritores de aquí, que lo deniegan, cito la visión de René Rodríguez Soriano mostrada en una entrevista realizada por Luis Martín Gómez que aparece en el blog de este último con fecha del 11 de mayo del 2013: “Rodríguez Soriano considera que es una fábula el concepto de diáspora dominicana, alegando que se trata de una extrapolación de la diáspora judía, que si tiene identidad y propósitos”, menciona Tineo. “Soriano tiene razón en parte, no existe un movimiento de diáspora dominicana con propósito. Pero en cambio, para definir la diáspora debemos enfocarnos en el origen de la palabra como lo plantea Daisy Cocco de Filipps en su ensayo Reflexiones en torno a la poesía escrita por latinos en Nueva  York”, agrega.  

Diógenes
“En mi caso, la crisis de los 80 en RD quebró las más fundamentales posibilidades para que la juventud pudiera edificar un mejor futuro”, comenta Diógenes Abreu,  autor del texto Perejil, el ocaso de la “hispanidad” dominicana. “Al triunfar el PRD en 1978, el tambaleante proyecto de revolución social de la endeble izquierda dominicana fue archivado por la mayoría de los grupos y el neoliberalismo engulló la ética de la equidad y justicia social. Herida de esa manera la sociedad dominicana, hubo que buscar oportunidad de desarrollo por otros lados”, asegura.

Abreu enumera varias diferencias entre ser escritor en EUA y RD. “El mundo y mercado de la literatura en Estados Unidos son mucho más variados y amplios. Hay una tradición de lectura más generalizada y por lo tanto tu obra es expuesta a porciones de público distinto al de tu propio grupo étnico. También estás más expuesto a la obra de mucho más gente y los referentes siempre te plantean desafíos interesantes para tu desarrollo literario”, refiere. 

No obstante esta teoría, expone que estos no son juicios de valor, sino de posibilidades porque, según comenta, la calidad de la obra no depende del medio ambiente del escritor, sino de su capacidad creativa.

¿Piensa volver a República Dominicana?, es una pregunta que tal vez Abreu haya escuchado en varias ocasiones. Esta vez responde: “Ya tengo más de la mitad de mi vida establecido en EU. He desarrollado una nostalgia por ambas patrias. Así que siempre regreso, siempre me voy… pero siempre vuelvo… Cuánto pagará el mercado negro por mis huesos/ o por las dos memorias que llevo dentro,/ aquí o allá,/ las dos memorias que llevo dentro”.

César
“Como sabrás, la literatura dominicana, salvo algunos casos ( Junot Díaz, Julia Álvarez, etc.) no constituye la base económica de supervivencia de los autores. Tenemos muchos autores que su trabajo en las academias y centros docentes, le permite vivir dignamente y con ciertos niveles de prosperidad, pero no podemos decir que viven propiamente de la literatura”, señala el poeta César Sánchez Beras. “En mi caso particular soy maestro de escuela secundaria desde 1996. Ese trabajo es mi único empleo. La literatura es otra cosa. Es mi forma de vida, mi  pasión,  me paguen o no, lo haría con la misma intensidad”. 

Sánchez, merecedor del título Poeta Laureado de Cambridge College (2004), saca a flote el amor a su media isla al afirmar que no se ha desconectado nunca y que viaja con más frecuencia de lo aconsejable. “En los últimos ocho años regreso a casa cada dos meses. Pero en sentido general la Diáspora Dominicana,  es un caso especial. No importa donde vivas, sigues aferrado a la dominicanidad, a sus problemas, sus carencias, sus pequeñas victorias cotidianas y sus grandes derrotas de cada cuatro años… Somos una Diáspora en circularidad permanente, vamos y volvemos girando en torno al dolor y la nostalgia”, explica.

Publicaciones
Se comenta que “la mayoría de escritores dominicanos que viven en otros países, suelen ganar premios en RD y publican más libros en su país de origen que en el que residen”… Ante este comentario los autores poseen varias teorías.

“Mis libros han salido en su mayoría con editoriales extranjeras. Salvo las publicaciones del Ministerio de Cultura por dos colecciones de cuento que resultaron ganadoras en dist
intas ocasiones, mi único contacto editorial-real en Dominicana ha sido con Alfaguara”, indica Andújar.

Mientras que Abreu, opina que como diáspora literaria los dominicanos desean “ser parte del diálogo nacional sobre lo que somos y podemos ser, aportando nuestras nuevas experiencias como inmigrantes. Tenemos algo que decir sobre asuntos nacionales de importancia y a esa voz debe facilitársele espacio y tribunas sin los amarres del desprecio y la discriminación”. 

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THE DOMINICANOS

De acuerdo al libro Literatura dominicana en los Estados Unidos/ Historia y trayectoria de la diáspora intelectual, el más novedoso de los acontecimientos literarios dominicanos en los Estados Unidos es la aparición de un grupo de escritores, algunos llegados muy jóvenes a New York y otros nacidos en esa u otras ciudades norteamericanas, que han adoptado el inglés como lengua literaria. Entre este grupo de autores a los que se menciona a las escritoras Loida Maritza Pérez, Angie Cruz, Nelly Rosario y Rhina Espaillat, la publicación destaca los siguientes:

Julia Álvarez
Nacida en Estados Unidos y criada en la República Dominicana. Alvarez, es autora de Cómo las muchachas García perdieron su acento; Before We Were Free; ¡Yo!; En el tiempo de las mariposas; un libro de ensayos; cinco recopilaciones de poesía y cinco libros infantiles. 

Junot Díaz
Escritor domínico estadounidense, ganador del premio Pulitzer, profesor de escritura creativa en el Instituto Tecnológico de Massachusetts y editor de la revista Boston Review.

Texto original: Cruzar el charco