Y es que, queridos negritos, a la hija de Doña Miminga le ha dado por dejarse un pajón de todo el tamaño y su madre teme que los hombres piensen que es una loca y que no se baña.
Nuestra protagonista no entiende cómo su hija, que acudía religiosamente al salón a ‘estericarse’ los cabellos cada semana, ahora dice que no vuelve a alisarse y que ella “ama su pajón”.