![]() El arcoíris cubre a una nación en la que todo es perfecto. Con sus siete colores mantiene en “Alicia en el país de las maravillas” a todos aquellos que prefierenvivir en lo dulce y deciden olvidar lo amargo. Descrito como la “formación de un arco de colores en la atmósfera o un fotometeoro que se produce por la refracción y reflexión de los rayos solares en las gotas de agua suspendidas en el aire”, el arcoíris o ‘rainbow’, como dirían los americanos, aparece sobre el horizonte como un arco luminoso del lado opuesto al sol y se forma por siete colores. Rojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil y violeta: cada uno representa una promesa hecha hace siglos, algún recuerdo de la infancia o algo tan simple como la libertad. “Cuando los rayos del sol atraviesan pequeñas gotas de agua contenidas en la atmósfera terrestre, la forma es la suma de un arco multicolor con el rojo hacia la parte interior y el violeta hacia la parte inferior”. Por esta y muchas razones (anuncia un decreto del Estado) hemos decidido utilizar el arcoíris como escudo, para proteger nuestros intereses y para olvidarnos de los más pobres. Violeta, añil, azul, verde, amarillo, naranja, rojo. Muchos afirman que el arcoíris es solo una imagen grabada en nuestras mentes para olvidar y creer que en el futuro no lloverá: “Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra. Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes. Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne”. (Génesis 9: 13-15) Un simple espectro ilumina a una nación sumida en la pobreza y en las calles las niñas cantan: ¡Vivo en un país perfecto en el que un lindo arcoíris sale todos los días! En una islita colocada en el mismo trayecto del sol, el arcoíris tapa todo lo sucio, como cuando barremos y dejamos basura bajo la alfombra. Texto original en: http://www.listin.com.do/ventana/2011/5/13/188117/print ![]() Saludos, querido público: mi nombre es Eliezer Cruz aunque algunos sicarios del barrio me apoden “El Chivi”. Me declaro todo un experto en el sublime arte de robar los cables de luz en el barrio y de volverlos a poner por el módico precio de 200 pesos, un pote o unos cigarritos “de esos que te dan risa”. Aunque algunos le moleste pienso que no hay nada malo en buscársela como uno pueda. Con mis pinzas y mi escalera a cuesta ando por las calles de Guachupita City, sin importarme que mientras pase las doñas me miren con cara de odio y muchas de ellas deseen que un día me quede pegado en el “mardito palo e’ lu” por andar privando en loco. Mis antecesores en este digno oficio de robar la luz y pegarla dejaron el trabajo por diversas causas: algunos como “Caco e’ bola” fallecieron mientras intentaban hacer una “conexión ilegal” desde la calle ocho hasta la calle 10; otros como “Pasito coqueto” murieron de “causas naturales” lo que en mi sano ambiente equivale a ser acribillado en un supuesto intercambio de disparos con la policía; unos cuantos decidieron que “pegar la luz” no los llevaría a ningún lado y prefirieron convertirse en empresarios de su propio “punto” y hoy día disfrutan de mucho éxito. Y así, uno a uno, fueron yéndose y quedé yo con una escalera hecha con los remiendos de las escaleras de mis compañeros pasados y con un alicate que conseguí no me pregunten cómo, pero que me ha servido para mucho. Lo que no entiende la gente del barrio que me critica es que mientras estoy subido en el palo todo es perfecto para mí. Me siento grande y poderoso aunque la miseria de la calle se vea en todo su esplendor, a pesar de que los techos de zinc me cieguen la visión y de que el arcoíris de colores que ofrece la pila de basura amontonada en la esquina me recuerden que República Dominicana “lo tiene todo”. A todo aquel que se atreva a testimoniar en mi contra le digo : La corriente no me aterra , yo soy el invencible, el má montro’ de todos. Contra mi pueden venir 300 palo e lu’ con una corriente 2 20 y no me hará ni fu ni fa. Vuelvo y repito a el que tenga ojos para leer : contra mi puede venir una corriente 2 20 y no me hace ni fu ni fa ... que lo sepa el mundo entero , no tengo nada que perder, contra mí puede venir una corriente 2 20 y no me hace ni fu ni fa. Me declaro un defensor de los intereses de todos los que como yo, se ganan la vida en un palo e’ lu... y a todo aquel que se oponga lo mando a la misma... guerra. Texto original en: http://www.listin.com.do/ventana/2011/7/1/194276/Esta-es-una-columna-2-20 ![]() A Tomás Pérez Cabrera, o como mejor se le conoce “Patica Chiquita” (por un episodio ocurrido en los primeros años de su vida cuando robando de un zafacón en un residencial de la “high” un guardián le disparó en la pierna con su escopeta provocando un encogimiento de los ligamentos), la olla lo llevó a tal punto que no le quedó más remedio que ponerse a vender candados debajo del puente de la 27 con Gómez. “Patica Chiquita” ofrece, de acuerdo a sus palabras, la seguridad de mantener sus pertenencias bajo llave a tan solo 200 pesos. Nuestro héroe se tira a la calle, aprovechando los tapones (palabra utilizada en República Dominicana para definir el embotellamiento de carros debido a varias razones, entre ellas: los Amets, los guagüeros de todas las rutas, los chóferes malos que si calculamos bien serian el 90 por ciento y una que otra vez alguna discusión con un limpiavidrios) y con una capacidad extraordinaria de “muela” (término dominicano que se usa para definir el arte del convencimiento) se coloca frente a los vehículos y vocea : “El que quiera dormir seguro , que compre mis candaitos’; el que quiera dormir seguro, que compre mis candaitos”. En una entrevista exclusiva a un chófer de la ruta 27 este opinó sobre la mercancía de “Patica Chiquita”: “Yo no sé si serán buenos, pero baratos si son habrá que comprarle uno pa’ probar”. Y es que deben comprender que un buen dominicano nunca dejara pasar la ocasión de “intentar” con algo, ya sea un frío frío de procedencia dudosa, un chicharrón de procedencia aun más dudosa o algo tan simple como el caso que nos concierne : la seguridad. Nuestro amable “Patica Chiquita” afirmó, que un buen día despertó y supo que había sido llamado por Dios para proteger a todos los dominicanos del mal. Asegura que sus candados no solo son baratos sino que son mágicos. Dice que desea que todos compren su mercancía pues, esta sería una excelente solución a los robos que ocurren a diario en los barrios “pobres” y en los residenciales de los “riquitos”. El señor Patica Chiquita refiere que irá al mismo Palacio Nacional (al decirlo se le ilumina la cara con una sonrisa de oreja a oreja) y llevar sus candados al Presidente de la República: “Tor seguro que desde que le lleve eso todo se va a solucionar, lo’ ladrone’ van a tene’ que buca’ otra cosa que hacer porque no van a poder con mis candados”. Y mientras tanto para no morir de olla vende sus candados relucientes, justo debajo del puente de la 27 con Gómez… Candados relucientes adornan las manos de un hombre que cojea entre los carros, justo debajo del puente de la 27... Texto original en: http://www.listin.com.do/ventana/2011/7/15/195991/print ![]() Escuchando las notas de la canción de un hombre alto y de apariencia tímida, vendo manzanas en navidad. Todos preparan sus cenas, comen apresurados y yo sueño con vender la caja entera y llegar a mi casa... Me subo de guagua en guagua a vender manzanas, manzanas.- Mi canción de navidad se ha convertido en una letanía: manzanas a 20... “El costo e’ la vida sube otra vez el peso que baja, ya ni se ve y las habichuelas no se pueden comer ni una libra de arroz, ni una cuarta e café a nadie le importa qué piensa usted será porque aquí no hablamos inglés”... La navidad, es incomprensible para mí, pero tiene algo que me llama. Según mi mamá, nací hace diez años un 25 de diciembre. Soy un mesías dominicano sólo que, de acuerdo a mi tío, los reyes magos se olvidaron de llevarme oro y mirra... “Y la gasolina sube otra vez, el peso que baja, ya ni se ve y la democracia no puede crecer si la corrupción juega ajedrez, a nadie le importa qué piensa usted”... Me subo de guagua en guagua a vender manzanas, manzanas.- Mi canción de navidad se ha convertido en una letanía: manzanas a 20... “Somos un agujero en medio del mar y el cielo quinientos años después una raza encendida negra, blanca y taína ¿pero quién descubrió a quién?”... Rojo y verde dibujan la ciudad, el gris desaparece por un mes o al menos eso piensan. Mi país todavía cree en Santa, mientras yo proclamo por las calles una oración vieja- ¡manzanas, manzanas a 20! Y mesías como yo hay muchos, unos limpian vidrios, otros zapatos, algunos huelen cemento, otros recogen la basura que tu tiras, otros, otros... otros se entregan a otros... Yo soy el mesías, o al menos eso dice mi tío y les traigo en esta navidad, mi anuncio de salvación, -¡manzanas, manzanas a 20!-. “En América Latina hay probablemente más de 20 millones de niños menores de cinco años viviendo en la pobreza total. Muchos de los niños tienen que trabajar en la calle. Unos venden chicles o cosas que han encontrado en la basura. Otros trabajan de limpiabotas. Muchos piden limosna. ¿Por qué? La razón más importante es que muchas familias necesitan este dinero para sobrevivir” Rojo y verde dibujan la ciudad, el gris desaparece por un mes o al menos eso piensan. Mi país todavía cree en Santa, mientras yo proclamo por las calles una oración vieja- ¡manzanas, manzanas a 20! ...Este es mi anuncio de salvación... Texto original en: http://www.listin.com.do/ventana/2012/8/18/244026/print |
En las redesLa NegritaCon su cuerpo curvilíneo, pelo crespo y piel tostada muestra que sin importar como seamos, lo importante es aceptarnos y querernos a nosotros mismos. Un poquito de to'
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