ESTE EVENTO DISTINGUE A LAS MEJORES OBRAS LITERARIAS INÉDITAS O PUBLICADAS EN EL PAÍS DURANTE EL AÑO ANTERIOR A SU CONVOCATORIA
Indhira Suero
Basilio Belliard, director de Gestión Literaria del Ministerio de Cultura y actual coordinador del Premio Nacional de Cuentos “José Ramón López” que auspicia esa cartera estatal dentro del conjunto de distinciones que anualmente se entregan en las ramas de Literatura y Música, recuerda sus inicios: “La historia de este certamen se remonta hasta la década del 50, pero se revitaliza y dinamiza en la postrimería de la década del 60, con la creación del concurso ‘La Máscara’, de Casa de Teatro, y con posterioridad, otros de su tipo como el de Radio Santa María, el del Arzobispado de Higüey , el de la Sociedad Cultural Renovación, el de la Alianza Cibaeña, y de otros concursos provinciales y municipales”.
Los premios han alcanzado logros que, de acuerdo a Belliard, son dignos de mencionar.
“Desde el punto de vista de la idoneidad de los jurados seleccionados, la transparencia y la profesionalidad con que han sido manejados durante la presente gestión cultural ha sido un éxito. De igual modo, la inserción de uno o dos jurados extranjeros en cada género ha permitido que haya una mayor confiabilidad en las decisiones a la hora de otorgar una premiación a una obra inédita o publicada”.
“El Ministerio de Cultura lo ha demostrado al elevar su dote de 50 mil a 250 mil pesos. Igualmente edita en tiempo record, las obras inéditas ganadoras y hace un acto de premiación que es, al mismo tiempo, un espectáculo majestuoso, donde se combinan la música, el teatro, la poesía y danza”.
Entre los recientes ganadores del llamado alguna vez “Premio Anual de Cuentos” figuran nombres como José Acosta, Noé Zayas, Miguel Aníbal Perdomo, José Bobadilla, Luis Martín Gómez, y Jeanette Miller. En ediciones anteriores lo obtuvieron Diógenes Valdez, Rafael García Romero, René Rodríguez Soriano, Ramón Tejada Holguín, Armando Almánzar, Pedro Peix y Ángela Hernández, entre otros.
Inéditos y publicados
Una de las características del concurso es que tanto los libros inéditos como publicados compiten, en igualdad de condiciones. Para algunos autores este enfrentamiento podría no ser justo.
Según Emilia Pereyra, hay que garantizar la igualdad a la hora de escribir. “El hecho de que compitan libros inéditos y publicados coloca en desventaja a las obras nuevas. Los libros publicados han sido impresos en atractivos formatos que facilitan la lectura y han sido promovidos en los medios de comunicación y en los escenarios culturales y sociales. Todo eso los sitúa en una posición de reconocimiento que puede influir en la decisión del jurado. En cambio, el libro inédito no ha circulado, por lo tanto, no goza de reconocimiento público y además es incómodo de leer”.
Pereyra ofrece como solución que “solo se convoque la participación de libros inéditos o de publicados. En el caso de que se decida que el concurso solo consideraría las obras inéditas, estas deberían ser presentadas bajo seudónimo”.
Al igual que la autora de “El crimen verde”, Ramón Tejada Holguín, exjurado del certamen, asegura que la división de la premiación daría mejores resultados: “Es un contrasentido poner a competir a jóvenes y experimentados; pondría dos concursos, uno para el libro publicado, lo lleve o no su autor, y otro, como en los Casandra, a la revelación del año que sería el texto no publicado de autores con menos de 30 años”.
Tejada, quien resultó ganador en 1987 con el volumen “La verdadera historia de la mujer que era incapaz de amar”, destaca que la organización interna podría ser optimizada: “Si se va a hacer un esfuerzo por tener jurados nacionales e internacionales sería mejor que estuvie- sen cara a cara; en el año que participé como juez nunca vi el rostro del jurado cubano, solo por internet y teléfono, aunque por suerte había un claro ganador. Pienso que es mejorable pero quedé con un sabor amargo; existe una desorganización debido a que no hay un cronograma bien establecido.
El autor destaca la importancia de que se desarrolle la crítica en los medios de comunicación: “No necesariamente un escritor es el mejor crítico, es algo que se estudia y desarrolla. Además, una buena crítica persuade al que está como jurado a hacer un mejor trabajo. Cuando los cuentos son analizados usando una visión de la literatura no mediada, se fortalecen los talentos”.
Palabra clave: estímulo La importancia del apoyo a la cuentística nacional se pone de manifiesto con los concursos. Cada año, muchos autores buscan reconocimiento y valoración a su obra, lo que sirve a los demás como estímulo.
Para Emilia Pereyra, la narrativa breve posee una larga y valiosa tradición en el país. “Es cultivada por creadores y creadoras de talento y ha logrado mantener el interés de la comunidad de lectores a lo largo de los años”, destaca. Ángela Hernández reconoce el valor del “apoyo”: “Una persona que se pasa la vida escribiendo sin recibir reconocimiento no tendrá motivación”, opina Hernández.
Para la autora de “Los fantasmas prefieren la luz del día” su experiencia como jurado le ha dado una imagen de cuán fuerte es el cuento en el país.
ESCRITORES OPINAN SOBRE LOS CONCURSOS
ÁNGELA HERNÁNDEZ
“Debemos velar porque se mantengan los concursos de cuentos y que se hagan más para que sirvan de estímulo”.
RAMÓN TEJADA “La literatura dominicana carece de una crítica literaria fuerte que le enseñe al lector claves para la apreciación”.
EMILIA PEREYRA “Sin dudas, el concurso estimula a quienes cultivan el cuento y es preciso preservarlo y acrecentar su prestigio”.
JOSÉ RAMÓN LÓPEZ
El concurso lleva el nombre en honor al autor de la obra “Cuentos Puertoplateños”, considerado por muchos como uno de los escritores de narrativa breve de más relevancia en el siglo XIX.
BASILIO BELLIARD
“Esta tarea entraña un gran compromiso y una titánica responsabilidad, la cual nos ha dado muchas gratitudes, pero también enormes mezquindades, y esto lo afirmo como coordinador de estos premios”.
Texto original: http://www.listin.com.do/ventana/2011/2/25/178878/El-Premio-Nacional-Jose-Ramon-Lopez